Es una organización que lucha contra la trata de personas, el trabajo esclavo, la explotación infantil, el proxenetismo y el narcotráfico en la Argentina. Su titular denunció “corporativismo” y “falta de voluntad política” para combatir conductas mafiosas de parte de funcionarios.
La Red Antimafia Rosario convocó a una asamblea pública a la que fue invitado a participar Gustavo Vera, titular de La Alameda, una ONG con sede en Buenos Aires que lucha contra distintas formas de explotación humana. El dirigente –quien además es legislador porteño por UNEN (alianza integrada por Coalición Cívica, Movimiento Libres del Sur, Poder para el Espacio Social, Partido Socialista, Partido Socialista Autentico, Proyecto Sur y UCR)– llamó a “romper las políticas corporativas que son parte de la cultura mafiosa”.
“La lucha contra la mafia en Rosario es clave para la vida”, sostenía en su convocatoria la Red Antimafia Rosario, que este martes contó con la presencia de un representante de La Alameda, una ONG argentina que lucha contra la trata de personas, el trabajo esclavo, la explotación infantil, el proxenetismo y el narcotráfico.
Nacida como una asamblea barrial tras la crisis de 2001, La Alameda tuvo reconocimiento nacional e internacional con las denuncias y escraches a talleres clandestinos (que confeccionan prendas para marcas reconocidas y diseñadores famosos), granjas donde se reduce a las personas a servidumbre y prostíbulos manejados por importantes políticos y personajes de poder.
“Somos una red plural que agrupa a personas de distintas ideologías y religiones agrupadas alrededor de la defensa de valores básicos como la vida, la libertad y la dignidad que pisotean estas mafias”, dijo Vera.
El dirigente señaló “falta de prevención contra la drogadicción en las escuelas y carencia de un protocolo del Estado que garantice la reinserción social y laboral de las víctimas, tanto del narcotráfico, como de distintas formas de explotación humana”.
En relación con el accionar del Estado, el legislador instó a terminar con las actitudes corporativas que forman parte de la cultura mafiosa. “Si yo soy ministro y reviso la computadora de un narco sin autorización judicial, yo tengo que declarar ante la justicia y mi partido me tiene que tiene llevar ante la Justicia, como lo hace el PT en Brasil, la Concertacion en Chile o el Frente Amplio en Uruguay”, afirmó.
