Una adolescente que le había enviado un mensaje a su madre alertando que estaba secuestrada terminó confesando ante la policía, que la encontró sola y paseando en la costa rosarina, que toda era una mentira.
El área de investigaciones de la policía logró encontrar en Rosario, en la zona de La Floria, a una adolescente que se había escapado de su escuela en San Lorenzo. La menor, que le había enviado una nota a su madre alertando que estaba secuestrada, terminó confesando entre lágrimas ante la policía, que la encontró sola y paseando en la costa rosarina. “Tenía miedo de posibles represalias de la madre”, dijo la policía.
Una adolescente de 17 años faltó ayer a la Escuela de Enseñanza Media 438 y se escapó a Rosario. Pero lo que parece una simple travesura terminó con un fuerte despliegue policial, fruto de un alarmante mensaje que la jovencita le había mandado a su madre.
“Ayuda, vengan a buscarme no sé donde estoy. Me chocó un auto cuando estaba yendo a la escuela y cuando me levante me durmieron y no sé donde me trajeron. Me sacaron el celular”, decía el mensaje de texto que recibió Silvina M. en su celular desde el teléfono móvil de su hija.
Desesperada, la madre realizó la denuncia policial y ésta comenzó una intensa búsqueda por la ciudad de San Lorenzo. “La jovencita había salida a las 13 horas de la casa con destino al Colegio y cuando los padres la fueron a buscar a las 18, en el establecimiento les advierten que no había ido”, contó el Crio. Marcelo Albornoz, subjefe del área de Investigaciones de la Unidad Regional XVII.
Luego de primeras investigaciones la policía logró hablar con un compañero de la joven desaparecida. “Este chico, un amigo o novio, nos contó que estuvo con él hasta las 16 y que después le dijo que se iba a Rosario. Comenzaron las llamadas a la chica y siempre daba apagado el celular, hasta que a las 22 le llegó un mensaje a la mujer con el mensaje de texto mencionado”, ahondó Albornoz.
Y recién a la medianoche, luego de seguir insistiendo, la policía logró dar con la niña, quien atendió el teléfono y dijo que estaba en la zona de la Florida, en Rosario. “Fuimos hasta el lugar y efectivamente estaba allí. Estaba solo y confesó ante nosotros y la madre, llorando, lo que había hecho”, señaló el uniformado y agregó: “Dijo que tenía miedo de las represalias que podían tener los padres por lo que había hecho y después se dio cuenta que no tenía dinero para volver”.
Desde un principio la policía sospechó del hecho. “Por experiencia y por algunas cosas que decía el mensaje pensamos que no se trataba efectivamente de un secuestro. Igual pusimos todo nuestros medios en la búsqueda de la adolescente”, cerró el Crio. Albornoz.
