Dos uniformados de la comisaría segunda de San Jorge que realizaban patrullajes de prevención en la zona urbana de la ciudad encontraron una importante suma de dinero y se la devolvieron a su dueño. Ambos efectivos son oriundos de Sastre y descendientes de familias tradicionales de policías. Su correcto accionar reivindica de alguna manera a una institución muy cuestionada en los últimos tiempos.
Se trata del cabo Juan Manuel Erede y el suboficial Federico Rodríguez, quienes durante la madrugada del miércoles último divisaron una camioneta que se encontraba estacionada con la puerta abierta. Descendieron del patrullero y se acercaron al vehículo para constatar si en el interior había alguien descompuesto o herido, pero en cambio hallaron una cantidad significativa de billetes sobre uno de los asientos, que según trascendió rondaría los 50 mil pesos.
Inmediatamente ambos efectivos se movilizaron para ubicar al propietario y minutos después encontraron en su vivienda al comerciante local Roberto F., quien al parecer había tenido una jornada laboral agotadora y al haber estado de viaje regresó tarde a su domicilio y en el apuro por ir a descansar olvidó la puerta sin llave y el dinero dentro del vehículo.
"Al llegar al lugar donde estaba la camioneta, constatamos si había alguna persona descompuesta dentro del vehículo. En la requisa encontramos el dinero pero como conocíamos al propietario nos preocupamos por su integridad física. Ante un posible hecho de secuestro o entradera, tomamos los recaudos necesarios e intentamos localizar a familiares, hablamos con vecinos, hasta que logramos que el dueño saliera de su vivienda", narraron los policías, que devolvieron la suma al comerciante ante la presencia de testigos.
Los agentes se mostraron sorprendidos por la repercusión del hecho. "Esto tiene que ser algo normal, hicimos lo que teníamos que hacer pero a veces llama la atención", relató Erede. "Lo reconfortante de esto es que uno tiene la conciencia tranquila. Nunca pensamos en no devolverlo y tampoco nos arrepentimos, porque no era nuestro", resaltó por su parte Rodríguez, quien agradeció a sus padres por la enseñanza que le dieron. "Hicimos nuestro trabajo", afirmó.
El cabo reconoció que "la mejor recompensa es que mi hija de 5 años me agradece por devolver dinero que no era mío. Los valores inculcados por nuestros padres no se pierden", enfatizó.
Erede y Rodríguez son oriundos de Sastre y descienden de familias de policías. Rompieron con los prejuicios de la imagen que la sociedad tiene de la institución y dieron muestra de que hay servidores públicos con solidez de principios y en quienes se puede confiar.
Por ello el jefe de la Unidad Regional XVIII, Sixto Martínez, anunció a este diario que felicitará formalmente esta semana a los uniformados. "Enaltecieron la labor policial, son un ejemplo a seguir por sus camaradas", destacó el funcionario.
