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COMUNA DE TIMBÚES

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lunes, 26 de agosto de 2013

Trillizos gemelos serán policías santafesinos.

Se llaman Gonzalo, Rodrigo y Fabricio Visconti y al día de hoy sus padres no logran distinguir a uno de otro. Este lunes se sumarán a la fuerza provincial en un acto presidido por el gobernador.

Tres gotas de agua. Los "trilli" con su hermano Ezequiel, papá Atilio, cuñada y sobrinos.

Desde pequeños Gonzalo, Rodrigo y Fabricio Visconti compartieron todo: trillizos gemelos, crecieron haciendo las típicas travesuras de hermanos, cubriéndose las espaldas unos a otros. Y ahora comparten también una misma vocación: este lunes recibirán de manos del gobernador Antonio Bonfatti el título de Auxiliar en Seguridad y continuarán así con el legado familiar.

Hijos, y nietos de policías era natural que los “trilli”, como los llama su papá Atilio, abrazarán la profesión de la familia. Incluso su hermano mayor, Ezequiel, también pasó por la escuela de cadetes y ahora es policía. 

La curiosa historia es tema obligado de conversación en Vera y motivo de orgullo para el comisario inspector “Nino” Visconti, que hace 25 años se desempeña como oficial en la Unidad Regional XIX e instructor en el Instituto de Seguridad Pública (ISEP). 

“Los tres salieron mas policías que yo”, aseguró. Señaló además que pese a ser tres gotas de agua –al día de hoy, indicó, tanto él como su esposa no logran distinguir uno de otro, “menos aún con el cabello corto reglamentario”– cada uno tiene su carácter. Uno más calmo, otro más nervioso –los describió el comisario–, también está el inteligente y  el “atorrantito”.

Cómplices desde la cuna, Atilio contó que en la escuela “hacían de las suyas” e incluso si uno no estudiaba otro se hacía pasar por él y lo salvaba del aplazo.

Esta tarde, a las 17, en la escuela Inmaculada Concepción de la capital provincial se convertirán, junto con otros 371 cadetes, en suboficiales, el primer paso para ingresar plenamente a la fuerza como técnicos Superiores en Seguridad Pública y Ciudadana con orientación policial.

Tanto a los trillizos como a Ezequiel, el comisario Nino les enseñó a honrar la función, a ser buenos compañeros y “a pedir antes que robar”. Consultado sobre la situación actual de la fuerza, cuestionada por algunos episodios de corrupción, Atilio ponderó con la voz entrecortada por la emoción –o tal vez la bronca– que “falta disciplina”.

“Yo soy policía de la democracia. Nuestros maestros eran señores. Ni yo a veces me explico qué pasa en la cabecita de los funcionarios”, lamentó.

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