
En medio de este panorama los rescatistas aún intentaban transmitir esperanza. Si bien eran cautos e insistían en que es “complicado” encontrar sobrevivientes bajo los escombros, comenzaron a cavar un túnel para acceder directamente al segundo subsuelo del edificio que se derrumbó.
En cuanto a los trabajos en la zona cero, los perros especialmente entrenados marcaron distintos puntos y por eso los bomberos retiraron las máquinas pesadas y llevan adelante “un trabajo de cirugía”.
Asimismo, aclararon que los perros pueden detectar cuerpos humanos o animales con o sin vida, pero que las señales que brindan marcan dónde profundizar el esfuerzo. Por el momento, tenían entre cuatro y cinco metros de escombros por remover, según calcularon.
“Es un trabajo que lleva su tiempo y Dios dirá si podremos encontrar personas con vida. Por ahora, no nos da como parámetro, pero uno nunca pierde la esperanza”, señaló uno de los responsables de la intensa búsqueda de las once personas de las que aún no hay noticias.
“Por el tipo desastre, podríamos asimiliarlo con el atentado a la Amia”, comparó un comisario que colapsó Dos heridos fueron dados de alta: quedan once personas internadas
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