Una mujer policía condenada por la muerte de un chico de 17 años, al que atropelló conduciendo a contramano, se presentó a la Justicia para cumplir su condena pero no quedó detenida, ya que en el Juzgado de Ejecución de Penas le dijeron que no tenían lugar para alojarla.
“Es la primera vez que a un condenado lo mandan de vuelta a su casa”, dijo el abogado de la familia de la víctima, Gustavo Posner. Recordó que la condenada, Raquel Murúa, se presentó el pasado viernes en el Juzgado de Ejecución de Penas, luego de pasar algunos días prófuga. Pero allí le comunicaron que no tenían lugar definido para alojarla, por lo que le pidieron que volviera el martes. Hasta esta tarde no se había vuelto a presentar.
El 5 de noviembre de 2008, Mario Secondino, de 17 años, se dirigía desde su casa en Fray Luis Beltrán hacia su trabajo en una distribuidora de San Lorenzo. Al subir el puente del intercambiador sobre la ruta 11 se encontró con el auto que venía de frente, conducido por Murúa, y como consecuencia del impacto perdió la vida en forma instantánea.
El 14 de junio de 2009, Murúa fue pasada a disponibilidad en la policía tras un sumario interno. Finalmente fue condenada a tres años de prisión efectiva. Luego de estar prófuga, la mujer de 34 años se presentó a cumplir su condena pero regresó a su casa a pedido de la Justicia.
La madre de la víctima indicó que su familia era vecina de Murúa. “Nos tuvimos que mudar a San Lorenzo para poder sacar a mi familia adelante, mientras ella sigue su vida sin importarle mi dolor. Tengo que seguir porque se lo prometí a mi hijo y la Justicia se me está riendo en la cara”, sostuvo.
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