En 2013 una revuelta policial generó varios días de caos.

Parece que todos los años sucediera lo mismo. Llega fin de año, aparecen los primeros días de calor, se acercan las Fiestas y los ánimos comienzan a caldearse. Y más en contextos de crisis como el actual, donde la innegable inflación y cierta recesión parecen poner en jaque ciertos “lujos” que hasta hace poco parecía intocables.
“Lujos” que en realidad no lo son. Es que los argentinos -y los habitantes del cordón en particular- se acostumbraron en los últimos tiempos a llegar a fin de año con trabajo estable, sueldos holgados e, incluso, pensando en las vacaciones.
Diciembre del 2013 fue un cierre de año complicado. Santa Fe fue una de las provincias más conflictivas, donde una extensa protesta policial puso en jaque la seguridad urbana, así como también la inacción policial generó saqueos y robos en distintos locales.
A eso puede sumarse una preocupación general -por no decir malestar- en ciertos sectores productivos y en sindicatos. Es que muchos ya avisaron que, sin un premio o compensación de fin de año, las Fiestas serán complicadas.
El calor también influeye y lo hace de gran manera. Es que al malestar propio de las altas temperaturas se suma que algunos servicios no funcionan como corresponde. Se sabe: llega el verano y cientos de vecinos se quedan sin luz y sin agua.
Ojalá prime la cordura y el fin de año llegue en total paz y armonía, para todos los sectores sociales y productivos del país y la región.
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