Amiga de las comparaciones y las analogías cuando tiene sobre ella la atención pública, la
presidenta Cristina Kirchner , para defender los últimos acuerdos suscriptos con China,
afirmó en su discurso del domingo pasado ante la Asamblea Legislativa que la líder
alemana, Angela Merkel, viaja "prácticamente una vez por mes" al gigante comunista.
Sin embargo, desde su llegada a la cancillería alemana, el 22 de noviembre de 2005,
Merkel oficialmente sólo pisó territorio chino en siete ocasiones.
Siete meses después de acceder al poder de la locomotora económica de la Unión
Europea (UE), la jefa del gobierno alemán viajó a China y cerró 19 acuerdos comerciales
con el entonces primer ministro Wen Jiabao, entre ellos la cooperación en el desarrollo de
la tecnología de los trenes de alta velocidad.
Siempre acompañada de decenas de empresarios, incluida la elite de las empresas
alemanas, Merkel tuvo una visita más movida en agosto de 2007, precedida por denuncias
de espionaje chino a ministerios alemanes y un encuentro de la canciller con el Dalai
Lama, líder espiritual del Tíbet y enemigo acérrimo del régimen comunista.
En 2008, después de ser la primera jefa de un gobierno occidental en desairar la
ceremonia
de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín a causa de la brutal represión del régimen a
los tibetanos, la canciller de hierro, empujada por la crisis financiera de septiembre, sumó a
China a los esfuerzos globales para contener esa debacle.
Dos años después, en la capital china, se firmaron 10 nuevos acuerdos comerciales y
Merkel volvió a reclamar por los derechos humanos en China cuando osó entregarle en
mano a Wen una petición por la libertad de varios activistas.
La crisis del euro, la ampliación de la relaciones bilaterales y la contención de Corea del
Norte fueron la agenda de febrero de 2012. Pero en octubre del mismo año se retomaron
los negocios: la canciller llegó a Pekín acompañada por siete ministros y dos docenas de
empresarios.
La última visita de Merkel fue en julio pasado, cuando apañó los acuerdos que suscribieron
Daimler y BMW, e inspeccionó una fábrica de Volkswagen que emplea a 7300 chinos.
China y Alemania, los dos exportadores más importantes del mundo, mantuvieron un
volumen de comercio bilateral en 2013 superior a los 193.000 millones dólares..
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