La Cooperativa de Trabajos Portuarios de Puerto San Martín suscribió un convenio de intención con el directorio del Instituto Médico Regional (IMR) de San Lorenzo por el que se compromete a desembolsar una cantidad de dinero para reequipar el sanatorio y mejorar su estructura edilicia.
Por lo sabido las partes firmaron hasta ahora un convenio de intenciones que, para regir, debería quedar ratificado una vez que la entidad cooperativista puertense desembolse una cantidad de dinero que no trascendió. A cambio, la Cooperativa Portuaria adquiriría una parte minoritaria del paquete accionario del tradicional efector privado.
De concretarse tal operación, la Cooperativa de Trabajos Portuarios de Puerto San Martín se volcaría al terreno comercial de la medicina privada, algo que dejó de desconocer desde el momento en que lanzó su Centro Cooperativo de Rescate y Emergencias Portuarias (CCREP), inaugurado el año pasado, y por el cual invirtió una suma millonaria.
La medicina privada es un campo muy complejo y en todo el Cordón Industrial los vaivenes económicos y la irresponsabilidad de algunos empresarios de este rubro hicieron que la mayoría de los sanatorios existentes cerraran sus puertas. Y el IMR es el único que quedó en pie.
Si bien en los últimos años hubo un crecimiento exponencial de consultorios externos, incluso algunos pertenecientes a gremios como los casos de la mismísima Cooperativa de Trabajos Portuarios de Puerto San Martín o el Sindicato Aceitero -este último en plena construcción de un edificio con varios pisos-, todo lo contrario sucedió y sucede con las instituciones medicinales que poseen internaciones y cirugías.
Es que sostener los costos con las dificultades financieras devenidas por el atraso en los pagos de las obras sociales es una tarea complicada y delicada. La crisis en este eslabón de la medicina privada no es privativa del IMR, sino que también se traduce a los principales sanatorios de Rosario.
¿Podrá la Cooperativa Portuaria de Puerto San Martín subvencionar ese déficit con recursos propios? ¿Se atreverá a invertir en tecnología a sabiendas que el recupero económico no está asegurado? ¿Serán los trabajadores portuarios los suficientemente solidarios como para renunciar a un porcentaje de sus ganancias, que les corresponde como socios de la Cooperativa, para invertirlos en el Instituto Médico Regional?
Por ahora, todas son conjeturas ya que lo único cierto es que entre la Cooperativa de Trabajos Portuarios y el Instituto Médico Regional solo se firmó un convenio de intenciones. Tan cierto como que también la Cooperativa Portuaria está muy interesada en bucear en el negocio millonario de la medicina privada.
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