El consorcio conformado por General Electric, Duro Felguera y Fainse -la primera Pyme de origen nacional que participa en un emprendimiento de esta envergadura- fue el elegido para la construcción de esta mega obra destinada a inyectar energía al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), comenzando esos trabajos en 2012.
La planta, situada en Timbúes y que lleva por nombre Vuelta de Obligado, está hoy casi paralizada, restando construir una considerable cantidad de estructuras para quedar operable.
Desde mediados de diciembre del año pasado las tareas comenzaron a lentificarse y a generarse la pérdida de cientos de puestos de empleo, situación que se agravó durante enero, febrero y marzo. Ya transcurrido abril, la Uocra San Lorenzo parece decir basta y se apronta a “desenmascarar” a los responsables de tal situación, que a su entender, es el grupo inversor.
¿Por qué no continúa la obra? De acuerdo a las versiones en las que coinciden todos los sectores involucrados, esto es no solamente el gremial, sino el empresarial con decenas de Pymes regionales y el político de la mano de los funcionarios locales, el consorcio encabezado por la firma española intenta que el contrato suscripto con la Nación sea reconsiderado y el monto de la adjudicación, incrementado.
A todo esto, las tareas en el predio timbuense están casi paralizadas. Apenas unos pocos operarios realizan algunas tareas menores, a la vez que la mayoría de las Pymes de la zona contratadas por el consorcio soportan la falta de pago por trabajos ya efectuados.
En marzo pasado, obreros, empresarios y dirigentes políticos se comprometieron a gestionar ante las autoridades nacionales la reactivación de la mega obra, pero hasta el momento, el grupo empresarial sigue sin dar muestra alguna de reactivación.
El video que acompaña esta crónica es por demás de elocuente…
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