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COMUNA DE TIMBÚES

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miércoles, 6 de mayo de 2015

Llegó al país la turista argentina internada en Jamaica


Viajaba rumbo a los Estados Unidos en un crucero, pero una infección motivó que se bajara en Kingston. Allí, fue atendida y estuvo "en coma farmacológico" según detalló su familia.



Cuando faltaban pocos minutos para las 4 de la mañana, aterrizó en el Aeroparque Internaciona Jorge Newbery el avión que trasladó desde Jamaica a la turista argentina que viajó a Miami en un crucero hace poco más de tres semanas.

Durante sus vacaciones, Ana María Arroyos tuvo que abandonar el barco por problemas de salud y fue atendida en Kingston, capital de Jamaica, donde quedó internada en "coma farmacológico", detalló su familia.

Según informó Assist Card, empresa de asistencia a viajeros, la mujer será internada en el Sanatorio Finochietto.

"La situación de Ana sigue siendo crítica", dijo Guillermo, su marido, este sábado en declaraciones televisivas. Si bien continúa en estado de coma, la mujer se encuentra "un poquito mejor", informó.

"Ha pasado 10 días en coma y deberá pasar otros diez días para recuperarse", dijo la pareja de Ana y agregó que lo que más le preocupa es la infección que afectó sus ovarios, porque "si no se controla, Ana se muere", dijo.

"Abrió los ojos. pero está muy muy dopada. Está respirando un 50 por ciento ella y el otro 50 por ciento asistida", contó Guillermo.

Según relató en una entrevista, la atención de los médicos de la clínica donde se encontraba internada en Jamaica estuvo sujeta al dinero que la familia abonara, por lo que la relación en el interior del centro de salud fue tensa: "Discutí con ellos porque me pedían plata. Deposité 9 mil pesos, que era todo lo que tenía. Ahora están más tranquilos, pero les dije que no me iba a ir sin pagarles".

De acuerdo al testimonio de Guillermo, los profesionales no tienen más de 40 años. "Son muy jóvenes, quieren plata".

Según relataron los familiares, Ana María fue a consultar al médico del barco porque tenía "fuertes dolores abdominales" y fue diagnosticada con un cuadro de "gastroenteritis aguda", por lo que le dieron "pastillas" y "pañales".

Ante la persistencia de los dolores, el Capitán del barco consideró que la mujer y su hija Celeste debían descender de la nave en la primera parada, en Kingston, para recibir una mejor atención.

Además, personal del crucero sacó a Celeste "esposada" del crucero por reclamar que no podían abandonarlas sin que le expidieran el certificado correspondiente explicando el descenso, y exigir que se dé un tratamiento correcto a su madre. Ya en Kingston, Ana debió ser operada de urgencia porque "tenía los ovarios llenos de pus".

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