
La dirigente del gremio de los médicos (Amra) Sandra Maiorana dijo que la limitación de la atención en la guardia del Hospital Roque Sáenz Peña, donde sólo se reciben emergencias luego de la agresiones a profesionales
de familiares de una persona fallecida, no es una medida de fuerza sino
“una acción desesperada para la protección de la gente”. Y advirtió que
los trabajadores de la salud ya no creen en las promesas de la
Municipalidad, que según la gremialista propuso reforzar la seguridad
con, entre otras cosas, la instalación de un móvil policial más en el
hospital. Este martes habrá una reunión clave.
Maiorana, dijo que en parte por el
traslado del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), el Sáenz
Peña quedó como único centro de salud para atender a toda la zona sur y
Villa Gobernador Gálvez, y que ni su situación edilicia ni equipamiento
da para eso.
“El Hospital Roque Sáenz Peña recibe seis pacientes por día con heridas de armas blancas o de fuego”, advirtió.
Para
la dirigente fue un error de planificación llevar el Heca a sólo 13
cuadras del otro hospital de emergencias de la ciudad, el Centenario.
Y
sostuvo que el Sáenz Peña fue siempre postergado, al punto que “la
guardia nueva se logró que se haga porque la vieja era una pocilga. Se
hizo la nueva cuando se cayó el techo de una sala. Recién ahí lográramos
que se acordaran que el hospital existe”.
Se reúne el comité
Por
su parte, la intendenta Mónica Fein pidió que se tomen medidas que
afecten el funcionamiento de las guardias, ya que se trata de “un área
esencial” en un hospital (“por algo es lo único que no se cierra cuando
hay paro”, señaló), y anunció que este martes se reunirá el comité
multidisciplinario especialmente formado para tratar el tema de la
violencia en el Sáenz Peña.
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