La internación de Ludmila, la niña de 2 años que ingresó al Hospital Víctor J. Vilela de Rosario con un severo cuadro de violencia y desnutrición, desnudó ciertas diferencias políticas en la ciudad de Capitán Bermúdez.
Desde el Municipio, el Secretario de Salud local Dr. Manuel Smerling señaló que “se está monitoreando la evolución de la niña”, al tiempo que destacó que “hoy está bien, aunque tardará un tiempo es ser dada de alta”. En el nosocomio rosarino es atendida por diversas heridas e infecciones, y los médicos informaron que necesitará un intenso trabajo de rehabilitación (física y psicológica), así como también será sometida cirugías plásticas.
Smerling aclaró que el Municipio trabaja en el caso a partir de un equipo interdisciplinario integrado por el área local de Menoridad y Familia junto a un abogado y una psicóloga.
En la vereda (política) de enfrente, la concejal local Jorgelina Signa presentó un duro informe denunció que “este caso es la expresión más cruda de una orientación social de los que gobierna la ciudad, como así la provincia y el país”.
La edil señaló a través de un comunicado que “el presupuesto municipal no cuenta con los aportes necesarios para el área de Salud y Acción social para poder brindar una atención integral sobre la población más vulnerable de nuestra localidad”. Y esa denuncia paso a ser un proyecto, que plantea “exigir al Ejecutivo Municipal que cubra todos los gastos necesarios, tanto económicos como de acompañamiento psicológico a Ludmila y a sus familiares”. El proyecto también “solicita al responsable del Área de Salud del Municipio ponga a disposición la información que posea de los niños en edad escolar que tiene la ciudad en situación de riesgo”.
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