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COMUNA DE TIMBÚES

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viernes, 2 de septiembre de 2016

Cada ves menos

Tabaco, alcohol y restaurantes lideran la suba de los precios
Vicios y placeres, imposibles.
Los cigarrillos, el vino y la cerveza tuvieron aumentos de entre 64% y 87%, muy por encima de la inflación. El consumo en algunos casos cayó hasta un 35%.
La inflación general llegó a un impactante 47,2% en los últimos 12 meses, según la medición oficial de la Ciudad de Buenos Aires. Pero los aumentos de precios impactaron con una fuerza incluso mayor en varios de los disfrutes y placeres más típicos que a los porteños les gusta permitirse, a veces a costa de su salud. Cigarrillos, alcohol, salidas a comer y hasta los “asaditos” del domingo se volvieron bastante menos accesibles. Y los consumidores reaccionaron aplicando un fuerte recorte de gastos.
En el Índice de Precios al Consumidor porteño, el rubro de “bebidas alcohólicas y tabaco” lideró por lejos la inflación de julio (último dato disponible), con una suba acumulada del 69,2% interanual. Sólo en los gastos de “vivienda, agua y electricidad” se registró un alza promedio más grande, por las subas de los servicios públicos. Pero luego el tarifazo quedó anulado, en buena parte, por la Justicia.
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El salto más grande se dio en los cigarrillos, tras un cambio impositivo que decidió el Gobierno y que derivó en una suba repentina del 60% a partir de mayo. En los últimos días se agregó otro ajuste, del 5%. En total, la caja de 20 ahora sale $ 45, un 87% más que los $ 24 de hace un año. Expresado de otra forma, si en septiembre pasado fumar un atado al día salía $ 730 mensuales, ahora son $ 1.370.
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Datos oficiales muestran que el impacto en el consumo fue inmediato y contundente. En abril se habían comprado 177 millones de paquetes. El mes siguiente, tras el aumento, fueron 98,5 millones (44,3% menos). Y en julio, aunque la demanda se recuperó en parte, se despacharon 127 millones de atados (28,2% menos). Es decir, que cada 10 cigarrillos que se fumaban en abril, se eliminaron 3. “Para advertir el impacto, en todo el 2015 el consumo había caído un 2,4%”, compararon fuentes del sector.
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Los precios del alcohol también se dispararon, en especial en las dos bebidas más populares. El litro de cerveza no baja de $ 29. Según la Ciudad, se encareció un 37,5% desde enero y un 60,2% en los últimos 12 meses. Algo que también afectó el consumo: en el primer semestre, 500.000 familias dejaron de comprar. Y las que lo hacen, siguen llevando 3,6 litros por compra, “pero ya no lo hacen cada 13 días, sino cada 15”, explican en la consultora Kantar Worldpanel. Una empresa líder vio caer sus ventas un 10%.
Por su parte, aunque las subas detectadas en el vino promedian el 40,2% anual, el popular cartón de vino tinto saltó en un año de $ 14,23 a una media de $ 23,35, una disparada del 64%. Frente a eso, entre mayo y julio, los argentinos tomaron 47,8 millones de litros menos que un año antes. La caída fue del 17,4%, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura.
De todos modos, una encuesta de Clarín mostró que el disfrute más restringido fue por lejos el de salir a comer (ver aparte). Un rubro donde los precios, en territorio porteño, ya avanzaron 29% en lo que va del 2016 y 42,6% interanual.
Hoy, sin lujos, un menú ejecutivo de mediodía para los oficinistas ya ronda los $ 140 y una cena en un local de mediana categoría requiere fácilmente entre $ 200 y $ 250 por persona, evitando pedir vino.
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“Tuvimos que incrementar los precios por las enormes subas en los costos de los alimentos, las bebidas, los alquileres, la mano de obra, los impuestos y los servicios, entre otros. Y sufrimos una caída estrepitosa en las ventas. Estamos con una merma de público cercana al 35% frente a un año 2015 que ya había sido malo”, contó Verónica Sánchez, presidenta de la Cámara de Restaurantes de la Ciudad.
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“La gente está sin plata y lo primero en recortar es la gastronomía –agregó–. Al mediodía, volvió mucho el tupper y la comida al peso. Por la noche, muchos prefieren pedir a domicilio, sin bebida. Y muchos grupos de amigos cambiaron la salida a comer por reuniones a la canasta en la casa de alguno.” Las ventas en heladerías, con el kilo cerca de $ 250, cayeron hasta 30%, aunque el sector lo atribuye al récord de frío (ver aparte).
Finalmente, el “asadito” fue otro placer que costó mantener ante el fuerte encarecimiento de los cortes parrilleros. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, en el último año, el kilo de asado subió de $ 76,80 a $ 108,40 (41%); el vacío, de $ 88,10 a $ 127,80 (45%); la colita de cuadril, de $ 99,10 a $ 144,80 (46%); y el peceto, de $ 101 a $ 149,80 (48%). Con estos precios “recargados”, en el primer semestre, el consumo de carne vacuna en el país disminuyó un 9,1%.



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