La desaceleración que arrastra la economía desde el segundo trimestre de 2012, más los nubarrones cambiarios que asomaron con mayor intensidad a principios de este año, tuvieron su correlato sobre la actividad empresarial, y por ende, respecto del futuro del empleo en casi la mitad de la gente.
Así lo testó Poliarquía en una encuesta que expuso que más del 45 por ciento de los consultados está preocupado por una posible pérdida del trabajo, propio o de algún miembro del grupo familiar. Y esto ocurre luego de mucho tiempo en el que esta temática estaba en un segundo plano.
Alcanza con recordar que cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia, en mayo de 2003, debió lidiar con 17,8% de desempleo, que bajó al año pasado al 6,9%. En 2013 osciló el 8%. Respecto al Gran Rosario, la estadística apuntó una mejoría, pues pasó del 9,8% al 8,6%, esto es, una baja de 1,2%.
Esto quiere decir que en un año el mercado laboral de la región creció en 22 mil personas y que no sólo pudo absorber esa nueva oferta sino que permitió que 5 mil desocupados consiguieran trabajo. En el mismo período se sumaron 3 mil personas a la cantidad de subocupados, que son empleados que trabajan menos de 35 horas semanales.
Para el caso del Cordón Industrial, los números son menos alentadores. Si bien no existe una encuesta regional, la mayoría de los gremios destacan que no han surgido nuevos puestos laborales.
Para ambas CGT (San Lorenzo y 17 de Octubre) el indicador en la zona oscila en los dos dígitos, esto es, entre 10 a 11% de desocupación.
Otro dato preocupante es el que presenta el índice de construcción, que en la zona prácticamente se derrumbó. Ello debido a que la mayoría de los grandes emprendimientos, los que venían sosteniéndose en el complejo sojero, terminaron o están paralizados, sin que haya en el horizonte cercano alguna reactivación. Por tal razón, del año pasado a la fecha, cerca del 50% del padrón de obreros de la construcción en actividad perdió dicha condición.
Traducido en número, supera holgadamente el millar. Claro que, para el segundo semestre del año asoma la instalación de la segunda Termoeléctrica en Timbúes como la gran expectativa.
Sin llegar a un panorama similar, hay otros sectores productivos con una lata capacidad ociosa, que tiene sus consecuencias también en el mercado laboral. Tal el caso de las plantas productoras de biodiesel, que enfrentan una situación financiera al menos compleja, debido a las desprolijidades que le impone la actual política económica del gobierno nacional.
“En verdad este año asoma complejo, no es lo mismo que en 2012 ni mucho menos que en 2011. Aunque en el sector no se registraron despidos, hay una enorme preocupación por sostener las cargas laborales; nadie nos informó nada, pero la preocupación entre los compañeros existe”, confió un delegado gremial del Sindicato Químico.
Otro delegado gremial de otra asociación sindical fue más allá en su sinceramiento. “En esta fábrica (en alusión al lugar donde despliega su actividad, vinculada al sector agroexportador) la mitad del personal tiene temor a perder el laburo”, expresó. En sintonía con el campo sindical, el pequeño y mediano empresariado está igual de intranquilo.
En lo que respecta al campo de las firmas que prestan servicios en el rubro de la construcción, especialmente las llamadas empresas contratistas, el panorama es incierto.
“Estamos muy complicados, pues las obras que se llevaban a cabo en las industrias de la zona ya no existen, lo que hace que debamos apostar por ofrecer nuestros servicios en otros lugares del país. Y para peor no vemos que el panorama mejore en lo inmediato”, relevó un empresario de la región, que prefirió mantener su anonimato.
Al igual que el sector laboral, este rubro está esperanzado en que el inicio de los trabajos en la Termoeléctrica de Timbúes inyecto el flujo de recursos para volver a insertarse en el mercado local. Pero tampoco pecan de ingenuos, pues hay fuertes rumores que indican que el grueso de las tareas podrían desarrollarlas firmas foráneas. Para eso, la Uocra San Lorenzo ya se adelantó a tal posibilidad.
Aunque por el momento la tasa de desempleo no creció en el Cordón Industrial, la preocupación es palpable. El comercio no es la excepción, pues una caída en el número de asalariados repercutiría en una merma en ventas.
Este año, el circuito comercial sanlorencino, el más importante entre todas las ciudades que conforman la región, es un claro ejemplo de la retracción económica. Las ventas bajaron, y más allá de la inflación, que podría ser considerada como una de las causales de dicha variable, vale citar que los aumentos salariales se concretaron en los bolsillos de cada trabajador, con lo que el flujo de dinero debería ser el mismo. Sin embargo, ello no queda reflejado.
Sobre la encuesta de Poliarquía se auditó a 1000 personas que residen en el país, entre el 5 y el 15 de abril pasado.
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